Acompanhamos, mesmo em período de sossego no Brasil, o site da Revista ACAMPANTE da Argentina e de lá retiramos o texto abaixo que, de alguma forma, retrata muito do que acontece aqui.
Bom findi!
"Prohibido prohibir
Por Marcelo C. Tedesco
El verano es sinónimo de arrancar para la comunidad rodantera: casillas, trailers y motorhomes se ponen a punto, o reciben la última afinada, y salen a la ruta con la responsabilidad de proveer las mejores vacaciones posibles a sus ocupantes. Pero, ¿qué pasa cuando ese vehículo que tanto amor y pasión genera en sus propietarios se vuelve un inconveniente, al existir muchas ciudades que tienen prohibida su circulación y estacionamiento en lugares urbanos…? Una puerta abierta al debate.
En los últimos tiempos, muchos destinos turísticos han sancionado ordenanzas y reglamentaciones que restringen o limitan el estacionamiento de rodantes en determinadas áreas, como la zona céntrica, o directamente en todo el radio urbano. Estas restricciones tienen opiniones a favor, y en contra. Por un lado, están quienes “sufren” la parada casi permanente de vehículos en frente de sus casas. “Como vivo a una cuadra de la playa, en una avenida ancha y arbolada, y tengo el frente con el pasto cortado y bien cuidado, es matemático: todos los fines de semana me encuentro una casilla, autoportante, o camión estacionado en la puerta de mi casa, con una familia acampando en mi vereda y parte de mi patio del frente”, cuenta Federico Roncoroni, quien tiene una casa en una amplia esquina en el balneario bonaerense de Pehuen Co. “Después, tengo que salir con una palita y un rastrillo a juntar todo lo que dejaron. Los más atrevidos, hasta me piden agua y salen con un cable para que les dé luz si se van a quedar a la noche. No creo que todos los que andan en estos vehículos sean así, porque cuando paso por los campings hay muchos que están allí adentro, muy ordenados y prolijos. Pero que hay quienes paran en cualquier lado, no hay dudas, porque los sufro todo el verano”, agrega.
Por este tipo de conductas, muchos sitios turísticos comenzaron hace un tiempo a sancionar ordenanzas que prohíben o limitan el estacionamiento de rodantes en el radio céntrico y urbano. Por ejemplo, el municipio costero de Monte Hermoso (Buenos Aires) sancionó en 2006 la Ordenanza 1508, que prohíbe el estacionamiento de casillas en todas sus formas. El propio intendente municipal Alejandro Dicchiara, explicó que “la medida -si bien es dura- se tomó por muchísimas quejas de vecinos frentistas que debían soportar el estacionamiento de casillas frente a sus viviendas realizando todo tipo de irregularidades que obligaron a la sanción de la ordenanza”. Posteriormente, se solicitaron modificaciones para habilitar el estacionamiento de 8 a 20 horas. Si luego de ese horario la casilla o motorhome se encuentra estacionada en la vía pública se multará, ya que sólo se permite el pernocte o estacionamiento nocturno en campings o playas de estacionamiento.
Otro ejemplo de ello es Lago Puelo (Chubut), que mediante su Ordenanza 030/09 permite como máximo una hora de parada, justificada al considerar que “es notorio el incremento de la circulación y estacionamiento de casas rodantes en el ejido urbano; los problemas de contaminación del medio ambiente por residuos sólidos y líquidos arrojados o vertidos como perdidas desde casas rodantes estacionadas; y que al proponernos como Villa Turística, es fundamental establecer normas que coincidan con la necesidad de mantener limpia y ordenada la vía pública”. Por eso, ha regulado que “Aguas Rionegrinas Sociedad Anónima y el Departamento Provincial de Aguas de la Provincia de Río Negro determinen el lugar físico y el procedimiento a llevarse a cabo para el desagüe o descarga de los baños químicos que posean los vehículos determinados en el artículo 1º de la presente”, para que exista un lugar dedicado a tal fin con todos los recaudos necesarios y que pueda ser usado por los rodanteros sin tener que abonar un camping. Las opiniones críticas a esta reciente normativa sostienen que la secuencia lógica hubiera sido primero habilitar tal lugar, y luego prohibir los estacionamientos.
Otras ciudades que han implementado limitaciones de este tipo son Claromecó, Puerto Madryn, San Clemente del Tuyú, San Martín de los Andes, Colón (Entre Ríos), Villa General Belgrano, El Bolsón y Las Grutas. Algunas lo han hecho de manera total, y otras parcialmente. Curiosamente, un gran destino turístico como Punta del Este no tiene restricciones para estacionar con motorhomes en su zona céntrica ni en su puerto náutico. Para pernoctar, está habilitada toda la costa a partir de la Parada 30, donde incluso se puede cocinar, armar mesas, etc.
Según Marcelo Pistorio, rodantero y productor del programa Autocamping TV, emitido por la señal El Garage, “muchas veces (las prohibiciones) se hicieron con fundamentos muy válidos, ya que en épocas anteriores este tipo de permiso bastó para generar verdaderos asentamientos sobre la vía pública, sin contar los verdaderos basurales que se formaban por la falta de delicadeza de los turistas rondantes. No podemos negar que esta falta de respeto en ese sentido nos afecta directamente a quienes sólo hacemos turismo y esparcimiento respetando normas básicas de convivencia y limpieza. Es por eso que no podemos salir con el cuchillo entre los dientes para reclamar justicia sin considerar situaciones anteriores, pero tampoco podemos dejar que por una cuestión de negocios se prohíba el libre tránsito y estacionamiento para beneficio de unos pocos”, concluye, haciendo referencia a los campings. Cabe destacar que, en las ciudades más pequeñas, la relación entre propietarios de campings y complejos turísticos con los funcionarios del sector es muy estrecha, cuando no son éstos elegidos entre los primeros, lo que funciona como mecanismo de presión para determinadas decisiones oficiales.
Sobre la cuestión, muchos rodanteros expresan sus quejas porque en aras de limitar, los municipios lo hacen por completo. “Algunas ciudades tienen completamente prohibido el estacionamiento de rodantes en el radio céntrico. ¿Cómo podemos hacer las compras, o pasear, o lo que sea, si no podemos dejar el vehículo estacionado ni siquiera un rato?” coinciden muchos. En general, las quejas se expresan hacia aquellos lugares que restringen totalmente las paradas, y que tampoco ofrecen lugares específicos para estacionar.
Al respecto, indican que cuando un rodantero se detiene siempre algo compra, “aunque sea una golosina”. “Si esto se comprendiera podríamos disfrutar de este servicio clave en el turismo rodante sin necesidad de visitar muchos campings indeseables y caros. El comercio se beneficiaría con sus ventas y así comenzarían a surgir oportunidades donde ahora vemos solamente problemas”.
Según David Korb, rodantero y moderador del foro www.rodanteando.com “contrariamente a lo que se cree, muchos rodanteros estamos de acuerdo con que no se permita el pernocte en cualquier lado en las ciudades turísticas, lo que si voy a pelear a muerte siempre es que yo tengo el mismo derecho que cualquier otro vehículo de parar en un lugar permitido, cerrar mi vehículo para ir a caminar, de compras o a un restaurante.
Pero para acampar, lo mejor es disponer un único lugar permitido para quien no quiere pagar el camping o donde los campings no sirven para parar con motorhomes, en lo posible con vigilancia y que bien podría ser arancelado a cambio de ese servicio. Si tuviera donde enchufarse y descargar aguas residuales sería ideal”.
Siendo más específicos, algunos apuntan que “aquí el problema se limita al vaciado de aguas negras y grises, sin perjudicar a los vecinos del lugar y poder seguir disfrutando de nuestro viaje. Las poblaciones turísticas nos respetarían un poco más y evitaríamos ciertos escándalos típicos de verano cuando algún colega sale del camping a visitar los barrios con los tanques amenazantes de excrementos. En lugar de prohibir estacionar deberían poner fuertes multas a quienes ensucien o hagan desorden, ya que no podemos ser culpados todos por lo que hacen algunos mal llamados rodanteros”. El problema de las descargas en algunos casos tiene su origen en la propia fábrica, ya que muchos vehículos –incluso de marcas costosas y reconocidas- tienen descargas directas en las duchas y piletas, que luego los propietarios más cuidadosos deben encargarse de modificar.
Hasta ahora, los ejemplos relevados apuntan más a la prohibición que a la receptividad, aunque muchos coinciden en ubicar en el podio de las ciudades rodanteras a Camarones, en la provincia de Chubut. Tiene un estacionamiento para casas rodantes al lado del puerto con luz, fogones y agua potable disponibles, totalmente gratis. “Nada más atractivo para un rodantero saber que en su GPS puede cargar todos los lugares donde puede hacerse de vaciado y recarga de agua confiable, sin molestar a los demás con basura, malos olores”. 
En sitios donde el turismo rodante está más divulgado, como en Estados Unidos, Canadá o Europa, los estacionamientos son casi infaltables en cada estación de servicio, parada de la ruta o acceso a una ciudad turística. Allí se los interpreta como una forma de atraer a la demanda brindando servicios que, en realidad, son muy poco costosos: sólo basta emparejar el terreno, colocar algunas luminarias, unas canillas y, eventualmente, instalar una cámara de descarga de aguas, que luego puede vaciarse periódicamente con un camión atmosférico. “En el Norte de Italia, pague 3 euros (unos $ 16,50) por una parcela pública para descargar las aguas, reponerlas y poder pernoctar en un predio iluminado y a la entrada de la ciudad de Trento. Este emplazamiento había sido realizado hace tres años por una Agrupación de Rodanteros de la ciudad con la colaboración del Municipio local que había facilitado la maquinaria”, señala como ejemplo Rodolfo Cavallera, otro aficionado a esta actividad de la ciudad de Buenos Aires.
“Habría que asesorarse si es legal prohibir por prohibir, si no se puede tomar como un acto discriminatorio. Yo acepto que no se dejen circular en algunos lugares determinados vehículos por su tamaño, pero cuando no nos dejan estacionar sólo por el hecho de ser casa rodante, es lo mismo que si algún día a alguno se le ocurre prohibir los autos rojos porque confunden a los daltónicos”, dice Oscar, un rodantero de Villa Luzuriaga.
El artículo 49 de la Ley Nacional de Tránsito Nro. 24.449 señala que en zona urbana no se debe estacionar ni autorizar el estacionamiento “por un período mayor de cinco días o del lapso que fije la autoridad local; a ningún ómnibus, microbús, casa rodante, camión, acoplado, semiacoplado o maquinaria especial, excepto en los lugares que habilite a tal fin mediante la señalización pertinente”. El problema, como surge del análisis de esa cita, es cuando las localidades no habilitan estacionamientos para ese fin. Así, la medida queda trunca, ya que se está restringiendo un derecho sin dar una alternativa válida y pública para su ejercicio (un playón, un estacionamiento público, una zona permitida, etc.).
Lo cierto es que, hasta el momento, pocas ciudades han interpretado que el sector del rodantismo aporta recursos al consumir servicios turísticos, y lo han prohibido sin dar opciones que brinden comodidad y proximidad, aunque sean aranceladas. Por otro lado, algunos acampantes con ruedas todavía se resisten a reconocer que existen ciertas reglas básicas de uso del espacio público que hay que respetar. Como en otros aspectos del turismo rodante, este también es uno en el que falta poner primera y avanzar".
